Entre abril de 2023 y febrero de 2024, el Instituto Nacional Electoral (INE) experimentó una reestructuración significativa, con la baja de 434 empleados en todos los niveles de sus oficinas centrales. De estos, más de 90 eran directores de área y subdirectores. Hasta la fecha, 80 de estas posiciones han sido ocupadas por nuevo personal, de los cuales casi el 40% tiene vínculos previos con la consejera presidenta Guadalupe Taddei, su mano derecha Flavio Cienfuegos, y Jesús George Zamora, excontralor del organismo.
Un análisis del listado de despidos proporcionado por el INE a través de una solicitud de transparencia revela que muchos de los nuevos contratados provienen de experiencias previas en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Sonora, el Instituto de Transparencia de Sonora, el IMSS, y el Estado de México. La contratación de estos perfiles ha generado críticas sobre la concentración de poder en torno a Taddei y sus colaboradores más cercanos.
El mayor número de despidos se produjo en la Dirección Ejecutiva de Administración, con 14 bajas, seguido por la dirección Jurídica con 12 y el Órgano Interno de Control con 10. A pesar de los cambios, solo alrededor del 15% de los cargos, mayormente subdirecciones, se ocuparon con personal interno del INE que ha ascendido o tendrá la oportunidad de hacerlo si se les ratifica en sus nuevos puestos.
Del total de cargos vacantes restantes, un 6% permanece sin cubrir, un 5% ha desaparecido del organigrama y un 34% ha sido ocupado por individuos provenientes del sector privado o de otras dependencias gubernamentales, como el SAT, la Cámara de Diputados y la Auditoría Superior de la Federación.
La semana pasada, el INE continuó con los despidos, destacando el caso de Emilio González, subdirector de Atención a Usuarios, y Iván Flores, encargado de despacho de Comunicación Social, ambos con trayectoria en el instituto. Esta situación generó preocupación entre expertos en administración pública y gestión de recursos humanos, quienes consideran que la magnitud de los despidos y las nuevas contrataciones podrían afectar la estabilidad y la eficiencia del INE.
El pasado 27 de mayo, Excélsior informó que el 28% de los directores de área y subdirectores ya habían sido relevados, así como un 11% de los jefes de departamento. Este nivel de rotación ha sido considerado alarmante por analistas en el campo.
Actualmente, el INE cuenta con nueve encargadurías de despacho en lugar de las 16 direcciones, coordinaciones y unidades técnicas previas, además de una Secretaría Ejecutiva que aún no ha sido ratificada en su totalidad. Con el cierre del año electoral, la consejera presidenta anunció un replanteamiento organizacional, y se espera que el próximo gobierno o la nueva legislatura considere una reforma electoral que podría modificar las funciones del INE.
