“Mueve un par de encuestas de esas que hacen tus amigos en donde yo salga muy arriba, porfas”, con estas palabras Clara Brugada pide ayuda en León Guanajuato, ante la evidente ventaja que le lleva rumbo a la encuesta para candidato de Morena a la Ciudad de México, el exsecretario de Seguridad capitalina, Omar García Harfuch.
No es raro en ella. Y es que todo parece alfombrado para el favorito de Claudia Sheinbaum, quien logró reducir los niveles de inseguridad en la ciudad de México para beneficio mutuo. Claudia va por el máximo galardón de la política y él rumbo a sucederla en el cargo, porque si algo queda claro es que la cuarta transformación donde más arraigo tiene es en el llamado “centro” del país.
Sin embargo, para García Harfuch el camino está minado. Sobre todo por su pasado, que lo vincula a las reuniones en el caso Ayotzinapa, de las que hasta ahora ha salido avante; pero hay algo que llama la atención. ¿Por qué en otros casos como el de los 49 normalistas no se detienen las indagatorias, y sobre el atentado a Omar García Harfuch simplemente se olvidó? Cuentan que podría estar involucrado, por lo que su candidatura pende de un hilo y tendrá que correr en terreno fangoso para avanzar. Así que, aunque lo parece, fácil no la tiene el hijo del general Javier García Paniagua.
En el show de Layda Sansores, la gobernadora de Campeche, no todo está saliendo como lo dice el guión, pues mientras ella se presenta teatralmente en las mañaneras para deleitar el oído presidencial, con sus folclóricas odas y poemas a Andrés Manuel López Obrador, el Estado que gobierna se le cae a pedazos.
Encuestas ubican a la hija de “El Negro” Carlos Sansores Pérez, exgobernador priista, como una de las mandatarias peor evaluadas del país, con apenas una aprobación de 41.9%, lo que refleja que no sólo los campechanos la repudian, sino también todos aquellos a quienes en los meses recientes han atacado sin ton ni son en un programa de radio al que nombra Martes del Jaguar. Layda Sansores ha querido hacerse la simpática y hasta baila en los eventos donde se presenta. Tiene el poder en sus manos y lo usa para el beneficio de los suyos. El Poder Judicial en el estado, que preside Virginia Leticia Lizama, favoreció recientemente al doctor Pedro “N”, acusado de violación a una estudiante, con una condena mínima de nueve años. Esto, por ser esposo de la diputada Dalila Matas Pérez, evidentemente de Morena. Se filtran los negocios turbios en la administración de Layda Sansores, quien, cuentan, necesitará algo más que fuero para sobrevivir a su futuro.
Muy silencioso se ha visto a Marcelo Ebrard, después de que su partido, como él lo venía previendo, lo hizo a un lado de fea manera, pues en la recta final del resultado de la encuesta ni fue requerido, ni tenía intenciones de llegar, y hasta con policías impidieron que ingresaran sus representantes, Malú Mícher, Daniel Sibaja y Ximena Escobedo, quienes habían denunciado irregularidades en el proceso.
“Sólo por una chicanada habría ruptura”, adelantó Ebrard en entrevistas, pero hasta ahora lo que hay es un distanciamiento y un sospechoso silencio de la corcholata perdedora. Escribió este jueves en redes sociales: “Ordena el Tribunal Electoral a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de MORENA responda a la impugnación que presentamos el 10 de septiembre”, pero no ha habido eco en el partido. Al parecer nadie le quiere seguir el juego y, a pesar de que el 22 de septiembre informó: “Iniciamos las visitas a los estados para organizar El Camino de México , aquí la vía para participar. Ánimo, sonrían, todo va a estar bien!!!”, lo que se ve es un descarrilamiento inminente. ¿Qué planea Marcelo Ebrard, tan callado en las semanas recientes? El es el único que tiene fe en que a estas alturas todavía los tribunales le den la razón. No se da cuenta pero su silencio lo hace cada día más pequeño.