Si no fuera suficiente con el pleito que tiene con el hombre más poderoso del mundo, el presidente Donald Trump, parece que a Elon Musk no le están saliendo muy bien las cosas, pues su empresa SpaceX lanzó otro cohete, pero nuevamente perdió control y se desintegró.
El objetivo era liberar del Starship una serie de satélites simulados, pero esto no se pudo lograr debido a que la puerta no abrió por completo. Posteriormente, la nave comenzó a dar vueltas y terminó por impactarse en el océano Índico.
De acuerdo con SpaceX la nave experimentó un desmontaje rápido no programado o, dicho coloquialmente, se desintegró. Cabe señalar que fue la primera vez que una nave de la compañía vuela con un propulsor reciclado, quizá por esto se perdió contacto en un momento determinado, cayendo en el Golfo de México, mientras que la nave impactó en el océano Índico.
Aunque no hubo heridos ni daños graves, la situación de SpaceX no se torna muy optimista toda vez que las demostraciones previas de este año terminaron pocos minutos después del despegue.
Los planes de la empresa de Musk es lograr avances muy significativos en 2026, a fin de poder llevar astronautas de nuevo a la luna, aunque no alunizarán, pues eso está planeado en 2027.