En 2024, un total de 38.5 millones de mexicanos vivían en situación de pobreza multidimensional, lo que representa una disminución de 8.3 millones de personas respecto a 2022. Este retroceso en la cifra, registrado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a partir de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, constituye una de las reducciones más pronunciadas observadas en los últimos años.
Durante el periodo comprendido entre 2018 y 2024, la cantidad de personas en esta condición se redujo en 13.41 millones. El Inegi identificó que este cambio estuvo asociado a factores como el incremento sostenido del salario mínimo, la implementación de programas sociales y transferencias directas a familias en situación vulnerable, así como a la continuidad de políticas públicas orientadas al bienestar.
La pobreza multidimensional se define como la situación en la que el ingreso de una persona es insuficiente para cubrir la canasta básica de alimentos, bienes y servicios, y presenta al menos una carencia social. Estas carencias incluyen falta de acceso a la educación, servicios de salud, seguridad social, vivienda adecuada, servicios básicos en el hogar o alimentación nutritiva. La pobreza extrema se configura cuando el ingreso no cubre ni los alimentos básicos y se padecen tres o más de estas carencias.
En términos porcentuales, para 2024 el 29.6 % de la población estaba en pobreza multidimensional y el 5.3 % en pobreza extrema. La pobreza total pasó de 46.8 millones de personas en 2022 a 38.5 millones en 2024, mientras que la pobreza extrema disminuyó de 9.1 a 7 millones. Los estados con mayor incidencia fueron Chiapas (66.0 %), Guerrero (58.1 %), Oaxaca (51.6 %), Veracruz (44.5 %) y Puebla (43.4 %), mientras que los menores niveles se registraron en Baja California (9.9 %), Baja California Sur (10.2 %) y Nuevo León (10.6 %).
Entre las carencias sociales más comunes destacaron la falta de seguridad social, que afecta al 48.2 % de la población, y el acceso insuficiente a servicios de salud, que alcanza al 34.2 %, equivalente a 44.5 millones de personas. El rezago educativo se ubicó en 18.6 %, la vivienda inadecuada en 7.9 %, los servicios básicos insuficientes en 14.1 % y el acceso limitado a alimentación nutritiva en 14.4 %. Además, 46 millones de personas percibieron ingresos por debajo de la línea de pobreza, y 12.1 millones no pudieron costear ni la canasta alimentaria mínima.
Este reporte marca la primera ocasión en que el Inegi asume la elaboración del informe de pobreza, función que anteriormente correspondía al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), disuelto en diciembre de 2024. La institución aseguró que los resultados mantienen estándares de transparencia y rigor técnico, con el objetivo de proveer información útil para el diseño y ajuste de políticas públicas.