Un momento de tensión diplomática se vivió durante la cena de Estado en el Castillo de Windsor, cuando el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, interrumpió el tono solemne de su discurso con un inesperado piropo dirigido a la princesa de Gales. “Tan radiante, tan sana y tan hermosa”, fueron las palabras que dedicó a Kate Middleton frente a la familia real británica y la élite política invitada.
Las cámaras captaron la reacción inmediata de la princesa: una sonrisa breve y rígida, acompañada de un gesto corporal contenido que fue interpretado por analistas de protocolo como señal de incomodidad. En contraste con la serenidad habitual de Middleton en actos oficiales, la expresión dejó entrever el desconcierto ante un comentario poco común en escenarios diplomáticos. El episodio generó debate en medios y redes sociales, donde se cuestionó la falta de prudencia de Trump y se destacó la capacidad de Kate para mantener la compostura pese a la evidente incomodidad del momento.
