Estados Unidos confirmó este miércoles un nuevo ataque contra una embarcación que, según informes de inteligencia, transportaba drogas en el océano Pacífico. El operativo, encabezado por el Departamento de Guerra, dejó cuatro personas muertas y forma parte de una campaña militar que Washington mantiene desde septiembre contra lo que denomina “narcoterrorismo marítimo”.
El secretario de Guerra, Pete Hegseth, informó que la embarcación se encontraba “en una ruta conocida de tráfico de drogas” y aseguró que las fuerzas estadounidenses “actuaron en defensa de la seguridad nacional”. “El hemisferio occidental ya no es un refugio seguro para los narcoterroristas que introducen drogas en nuestras costas para envenenar a los estadounidenses. El Departamento de Guerra continuará persiguiéndolos y eliminándolos dondequiera que operen”, declaró Hegseth en conferencia de prensa.
Con este ataque, suman catorce las operaciones realizadas por EE.UU. en aguas internacionales del Pacífico oriental, en una estrategia que ha dejado más de 60 personas fallecidas. Sin embargo, organismos internacionales y legisladores estadounidenses han pedido al Departamento de Justicia que justifique la legalidad de estos operativos, al considerar que se realizan fuera de un marco jurídico claramente establecido.
Hasta el momento, el gobierno de Estados Unidos no ha presentado pruebas públicas que confirmen que las embarcaciones atacadas transportaban drogas, ni ha identificado a las víctimas. Analistas señalan que la política de ataques letales marca un giro respecto a las labores tradicionales de la Guardia Costera, que solían centrarse en la interdicción y captura, no en la eliminación de presuntos traficantes.
El Departamento de Guerra sostiene que los ataques forman parte de un esfuerzo para “proteger las fronteras marítimas y frenar el flujo de drogas hacia el país”, mientras que organizaciones defensoras de derechos humanos advierten que estas operaciones podrían violar normas internacionales si se realizan en aguas neutrales o sin cooperación de los países costeros.
La campaña militar estadounidense continúa en desarrollo y, de acuerdo con fuentes oficiales, nuevas acciones podrían llevarse a cabo en las próximas semanas en el corredor marítimo que conecta el Pacífico sur con Centroamérica.








