La presidenta Claudia Sheinbaum rechazó este martes cualquier posibilidad de una intervención militar de Estados Unidos en territorio mexicano, luego de que el mandatario estadounidense Donald Trump afirmara que no descarta ataques directos contra cárteles del narcotráfico en México. La mandataria sostuvo que la cooperación bilateral en materia de seguridad continuará, pero siempre bajo respeto absoluto a la soberanía nacional.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum subrayó que México mantiene una relación de colaboración con Estados Unidos enfocada en intercambio de información y operativos coordinados, pero descartó por completo la presencia de fuerzas armadas extranjeras. “No aceptamos ninguna intervención de ningún gobierno extranjero y no va a ocurrir”, afirmó al ser cuestionada sobre las declaraciones del presidente estadounidense.
Las palabras de Trump, en las que insinuó la posibilidad de ordenar acciones militares contra organizaciones criminales en México, habían causado preocupación debido al impacto que ello tendría en la relación bilateral. El mandatario estadounidense sostuvo que “salvaría millones de vidas” si se emprendieran operaciones más agresivas contra los cárteles, lo que generó una respuesta inmediata desde México.
Sheinbaum aclaró que su gobierno mantiene un canal diplomático activo con Washington y que existe cooperación permanente contra el tráfico de fentanilo, armas y personas. Sin embargo, enfatizó que la seguridad dentro del territorio mexicano es responsabilidad exclusiva del Estado mexicano. “Tenemos una política de seguridad clara y una estrategia nacional. La coordinación internacional no implica intervención”, puntualizó.
La mandataria también recordó que México reforzó su estrategia de seguridad con despliegues en zonas críticas y acciones de inteligencia, mientras que Estados Unidos ha asumido compromisos para frenar el flujo ilegal de armas hacia territorio mexicano.
La postura de Sheinbaum establece una línea firme frente a las declaraciones de Trump, al tiempo que busca mantener estable la relación bilateral en un contexto de tensión por los temas migratorios y de seguridad regional.








