La Casa Blanca confirmó este jueves que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaba evaluando “medidas adicionales” para actuar contra los cárteles mexicanos, en medio de una creciente tensión diplomática y un endurecimiento de la retórica de seguridad entre ambos países. De acuerdo con declaraciones de la portavoz Karoline Leavitt, el equipo de Seguridad Nacional del mandatario analizaba nuevas opciones para frenar el tráfico de drogas, aunque sin detallar si estas acciones incluirían operativos unilaterales en territorio mexicano.
Durante la conferencia, Leavitt señaló que la administración mantenía un monitoreo constante sobre los grupos delictivos y revisaba alternativas “que el presidente consideraba necesarias” para contener la violencia asociada al narcotráfico. Las declaraciones reforzaron la postura expresada por Trump en días recientes, en las que sostuvo que Estados Unidos contaba con información suficiente sobre rutas y operadores criminales y estaba dispuesto a “hacer lo que fuera necesario” para detener el flujo de drogas hacia su país.
El anuncio generó reacciones inmediatas en México. El gobierno de Claudia Sheinbaum reiteró su rechazo a cualquier intervención militar extranjera y defendió que la cooperación bilateral debía respetar la soberanía nacional, en contraste con sectores políticos estadounidenses que han presionado por acciones más agresivas. Medios internacionales también destacaron que el debate surgió en un momento de alta sensibilidad política entre ambos países, con un incremento de discursos que buscan vincular la situación interna mexicana con decisiones de seguridad estadounidense.
Hasta el cierre de esta edición, la Casa Blanca no había detallado la naturaleza de las “medidas adicionales” ni el alcance de las evaluaciones en curso, mientras que México mantenía su postura de cooperación, pero sin permitir acciones unilaterales en su territorio.








