La inflación general en México aceleró su ritmo durante la primera quincena de noviembre y se ubicó en 3.61% anual, de acuerdo con el reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró además un aumento de 0.47% respecto a la quincena inmediata anterior.
El dato quincenal frenó la tendencia de moderación observada en meses previos y resultó ligeramente mayor a lo previsto por analistas del sector privado, quienes estimaban una variación cercana a 3.55%. Pese al repunte, la inflación continúa dentro del rango objetivo del Banco de México, de 3% ± un punto porcentual.
El componente subyacente, que refleja la trayectoria de precios de mercancías y servicios y es clave para la política monetaria, mostró una variación anual de 4.32%, prácticamente sin cambios frente a la quincena pasada. A tasa quincenal, avanzó 0.04%. Dentro de este rubro, los precios de los servicios aumentaron en torno a 0.25%, mientras que las mercancías tuvieron una ligera baja cercana a 0.19%.
En contraste, el componente no subyacente —que incluye agropecuarios y energéticos— presentó un incremento quincenal de 1.93%, impulsado por el fin del subsidio a las tarifas eléctricas de verano en 11 ciudades del país. Las tarifas de electricidad registraron un salto superior al 20%, mientras que los precios de algunos agropecuarios, como frutas y verduras, avanzaron alrededor de 1.34%.
Entre los productos con mayores aumentos destacaron la electricidad, el transporte aéreo, el transporte público urbano, el jitomate y los productos para el cabello. En contraste, registraron disminuciones el aguacate, la papa y bebidas alcohólicas como el ron, el tequila y el vino de mesa.
Analistas consideran que, pese al repunte, la trayectoria general de la inflación aún permitiría un posible ajuste en la tasa de referencia del Banco de México en diciembre; sin embargo, advierten que la persistencia del componente subyacente podría limitar el margen de maniobra del banco central rumbo al cierre del año.
La evolución de precios en las próximas quincenas será determinante para evaluar el comportamiento de servicios, energéticos y productos agropecuarios, sectores que continúan mostrando volatilidad y presionan el costo de vida de los hogares mexicanos.








