Los arqueólogos han realizado un descubrimiento revolucionario en la necrópolis de Saqqara, situada a unos 30 kilómetros al sur de El Cairo, al descubrir una antigua tumba egipcia excavada en la roca hace más de 4.000 años.
El extraordinario hallazgo, confirmado recientemente por el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, ha salido a la luz gracias a la colaboración entre arqueólogos egipcios y japoneses.
Según Nozomu Kawai, jefe del equipo japonés, la tumba, que data de entre el 2649 y el 2150 a.C. y contiene varias tumbas y objetos que abarcan distintos periodos históricos, «proporciona una valiosa información sobre la historia de esta región».
Durante su misión, el equipo internacional desenterró una gran cantidad de tesoros, entre ellos cajas fúnebres, elementos arquitectónicos y una serie de fascinantes artefactos.
Lo que más llamó la atención fueron los restos de un ser humano enterrado junto a una máscara pintada con distintos colores, así como la tumba de un niño pequeño que data de la Dinastía II (2890 – 2686 a.C.).
En el interior de la tumba, un ataúd de la XVIII Dinastía (1550-1295 a.C.) se encontró un vaso de alabastro en buen estado de conservación.
Además, se descubrieron dos estatuas de terracota que representaban a la antigua diosa egipcia Isis, asociada inicialmente a las prácticas funerarias, y a la deidad Harpócrates, conocida como ‘Horus el niño’, el dios del silencio y los secretos durante los periodos ptolemaicos.