Sofía Coppola y su cuento de hadas terrorífico son aclamados en Venecia 2023

Sofi?a Coppola y su cuento de hadas terrori?fico son aclamados en Venecia 2023
Sofía Coppola y su cuento de hadas terrorífico son aclamados en Venecia 2023

Venecia. Las películas y personajes de Sofía Coppola definitivamente tienen un distintivo un tanto melancólico. La directora estadounidense se ha destacado por crear personajes que viven atrapados, en castillos, hoteles, internados, y hasta en matrimonios.

La también guionista regresó este año al Festival de Venecia, con una historia que en un principio parece alejada de su universo usual, pero que realmente no puede ser más personal y cercana a su cine. Coppola presentó Priscilla en Venecia, una película basada en las memorias Elvis and Me, de Priscilla Beaulieu y Sandra Harmon, donde la esposa del mito americano cuenta la relación entre de amor entre ambos.

Después del éxito de Elvis, el biopic del director Baz Lurhman, Coppola presenta una historia completamente distinta. Que no es que complete el relato, sino que mira a lugares donde a otros directores, hombres especialmente, no se les ocurriría mirar. Pues este filme presenta un cuento de hadas terrorífico, que muestra el amor tóxico de Elvis y Priscilla Presley.

Priscilla relata la historia de una tímida joven de Estados Unidos, que se enamora profundamente de un hombre mayor que ella. Como cualquier adolescente, con cuadernos forrados con la foto de su ídolo y pósters en la pared de su cuarto, la joven de quince años se siente obnubilada porque la gran estrella se fije en una chica del montón, hija de militares y que sigue en el colegio.

Coppola convierte su película en un delicado relato más del movimiento #metoo, a través de la historia de la esposa de Elvis. Decimos que es un relato más, porque lo que cuenta es lo que han vivido todas las mujeres alguna vez en su vida, no solo las de la generación de los sesenta.

Ahí están las publicaciones en redes sociales de mujeres anónimas que cuentan la violencia en sus relaciones, en sus matrimonios o en el trabajo. Que cuentan como han sido víctimas de grooming por hombres mayores, para terminar en relaciones de abuso. Esto es lo que sufrió Priscilla, una niña (porque a los 15 años sigues siendo una niña), que pensaba que iba a vivir un cuento de hadas, y terminó viviendo una relación tóxica con el hombre más famoso de E.U.A.

Con un estilo propio de Coppola, donde los tonos pastel parecen emanar melancolía, mezclados con una luz oscura, apagada, la directora evita el brillo y el dorado, para que así lo kitsch que rodea a la figura de Elvis se vuelva algo completamente triste.

La directora se centra en los primeros años de la relación, los que coinciden con el paso de la adolescencia y minoría de edad de la chica, hasta su madurez y decisión de huir. Se podría decir que también es un filme del coming-of-age. En el fondo, Priscilla es la historia de una liberación feminista.

De una toma de conciencia, que se han visto en otros relatos en este festival, como el de Pobres criaturas de Lanthimos, otra de las películas más aplaudidas del certamen. En la cotidianeidad de esta relación no vemos a Elvis cantar o actuar, eso queda fuera de campo.

O aparece en televisión, o en los periódicos y revistas, que daban cuenta de sus éxitos laborales y sentimentales, en las fans que esperan a las puertas de la casa de Memphis. Lo que antes hubiera sido una historia de amor luminosa, ahora es un cuento tenebroso.

Por ello, Coppola elige un tono oscuro, luces apagadas y decorados decrépitos. Como en Las vírgenes suicidas, su ópera prima, Priscilla es una película cargada de simbolismo y pequeños detalles y gestos de sus protagonistas.

No era fácil elegir el reparto para esta película, pero Coppola sale airosa. No solo por el alter ego Priscilla, también por el Elvis, uno de los nuevos actores de moda, Jacob Elordi. Actor de ascendencia vasca que sale en la exitosa serie Euphoria.

Contaba la directora que no quería parecidos ni imitaciones, pero que en Elordi encontró el carisma de Elvis. Se citó con él en un bar de Los Ángeles y todas las chicas jóvenes le miraban. Así ha ocurrido también en Venecia, donde han sido de los pocos artistas estadounidenses en acudir al certamen con el permiso del sindicato de guionistas y actores y actrices, ya que el filme es una producción independiente de A24.

Como hizo en María Antonieta y Somewhere, la protagonista vive encerrada, no en un castillo u hotel, pero si en una casa y en un matrimonio. Como en esas películas, Priscilla se centra en una época, pero la transciende. Aquí no hay unos Converse debajo del vestido de una princesa, pero sí hay una conexión temática con la actualidad.

Aquí las prácticas del patriarcado empiezan a cuestionarse cada vez con más fuerza, y desde diferentes miradas y puntos de vista. Si en The Virgin Suicides hablaba de los aspectos sombríos de la vida juvenil, mientras que en Lost in translation de la decadencia de una pareja, en Priscilla indaga de nuevo en esos temas, añadiendo la fama y las relaciones entre padres e hijos. Además, le imprime un tono triste al cuento de hadas donde los silencios son casi más importantes que los diálogos.

A través de la joven actriz Cailee Spaeny vemos la incredulidad y decepción de una chica que tiene que aceptar que es el novio el que decide cómo y cuando tienen relaciones sexuales. Ella nunca, solo hasta el matrimonio, mientras él estaba con todas las actrices famosas que podía, insistiendo en esa idea tan extendida de una mujer pura como esposa y otras para divertirse. El hombre que se busca una mujer para que esté en casa, cuidando el fuerte, dándole hijos y vistiéndose para él. Frases y comportamientos que hasta hace poco teníamos como normales, empiezan a ser cuestionados.

Con una banda sonora con grandes canciones, entre ellos algunas canciones de su pareja, el músico francés Thomas Mars, líder de Phoenix, y con esa mirada femenina, heterodoxa, sincera y personal, Coppola vuelve a centrarse en la evolución de su personaje, más que en la historia en sí con un emotivo final que ojalá sirva a muchas mujeres.

Por lo tanto no es raro que Coppola haya recibido una ovación de pie que duró 7 minutos durante su presentación en la Muestra Internacional de Cine de Venecia.

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