La justicia británica tomó una decisión importante al rechazar la demanda presentada por el expresidente estadounidense Donald Trump contra el exespía británico Christopher Steele. El motivo de la demanda era el controvertido informe de Steele sobre los supuestos vínculos de Trump con Rusia, que causó un gran revuelo político en 2017.
Trump, quien actualmente busca la nominación republicana para la próxima elección presidencial en noviembre, presentó una denuncia contra Christopher Steele y la empresa privada Orbis, fundada por Steele, que anteriormente había trabajado para los servicios británicos de inteligencia. Durante la campaña presidencial de 2016, Steele recopiló información no verificada que relacionaba a Trump con Rusia, a petición del campo demócrata.
La denuncia se basó en la ley de protección de datos y se centró en dos partes del informe que describían presuntas actividades comprometedoras de Trump en Rusia. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Londres dictaminó este jueves que no había razones convincentes para llevar a cabo un juicio, ya que cualquier solicitud de indemnización por daños y perjuicios estaba destinada al fracaso.
La jueza Karen Steyn destacó que Trump no pudo presentar un recurso viable con posibilidades reales de éxito y que su principal objetivo era defender su reputación a través de esta acción legal. El informe de Steele, que se publicó en el sitio web de Buzzfeed diez días antes de la investidura de Trump en enero de 2017, contenía acusaciones comprometedoras y sugería la intervención de Rusia en el ascenso de Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Algunas de las conclusiones del informe alimentaron la investigación del fiscal especial Robert Mueller, quien resumió que había evidencias de interferencia rusa en la campaña electoral, pero no de conspiración entre el equipo de Trump y Rusia.
