Uno de los muchos temas que debe atender Mario Delgado, después de decidirse por su candidata, es Veracruz. La campaña de Rocío Nahle por la gubernatura tiene como primer reto modificar la percepción pública del partido y de la mujer que pretende gobernar. La figura de Cuitláhuac García Jiménez, el actual mandatario estatal, ha sido controversial, pues enfrenta críticas por problemas de violencia, inseguridad y opacidad en su gestión, lo cual ha influido en la percepción de la administración estatal. Un aspecto crítico que resalta en la campaña de Nahle es su origen no veracruzano, lo cual ha sido un punto de fricción con el electorado local. Morena, en su intento por mantener el control del estado, presenta a Nahle, ex Secretaria de Energía y estrecha colaboradora de López Obrador, como su candidata. Sin embargo, la decisión ha generado críticas entre algunos sectores de la población que ven con recelo la candidatura de alguien no originaria del estado, lo cual ha llevado a debates sobre la pertinencia de su postulación. Nahle ha buscado contrarrestar estas percepciones destacando su participación en proyectos significativos a nivel nacional, como la refinería Dos Bocas, un proyecto asignado por el presidente López Obrador. Si bien este proyecto no se ubica en Veracruz, Nahle lo ha utilizado para demostrar su capacidad de gestión y su alineación con los objetivos de desarrollo nacional propuestos por Morena. Pero le ha resultado contraproducente, pues la pinta como una mujer a quien se le encarga una encomienda, una sola, y es incapaz de cumplirla, pues la refinería de dos bocas sigue sin refinar una sola gota de combustibles, a pesar de que el presidente de México prometió que estaría refinando en diciembre de 2023. A pesar de estos esfuerzos, su campaña no levanta, entre acusaciones de actos anticipados. La campaña de Nahle subraya el desafío para Morena de presentar un «portafolios» que resuene con los electores veracruzanos, en un momento en que el partido busca reafirmar su dominio en uno de los estados más importantes de México. Pero lo decidieron todo mal, comenzando por postular a una zacatecana al gobierno de Veracruz. Es en este punto donde los caprichos comienzan a cobrar factura.
La obra del Malecón de Villahermosa, inaugurada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha estado rodeada de controversia. Se reporta que la remodelación fue supervisada por empresas vinculadas a amigos de Andrés López Beltrán, hijo del presidente. Pero como ha sucedido a lo largo del sexenio, a pesar de que la obra fue inaugurada, aún había trabajos pendientes en varios puntos, que no pudieron entregar pese a trabajar a marchas forzadas. Además, se menciona que Alejandro Castro Jiménez Labora, un empresario vinculado a Andrés López Beltrán, fue nombrado como supervisor de la construcción del malecón. Este nombramiento y la relación con el hijo del presidente han sido señalados como posibles conflictos de interés, especialmente porque se han cuestionado los procesos de transparencia y la asignación de contratos relacionados con la obra. Se critica la funcionalidad y calidad de la obra, y los materiales utilizados, que no eran los más adecuados para el clima de la región, y se advierte sobre la posible desaparición de senderos construidos al margen del río Grijalva debido a la subida de su nivel. La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción y la Comisión Nacional del Agua en Tabasco expresaron preocupaciones sobre la planificación y la vulnerabilidad de la obra a las condiciones naturales. El proyecto molestó a la población local, con críticas que apuntan a una falta de necesidad de la obra y preocupaciones sobre su impacto en la seguridad y el funcionamiento de las áreas circundantes, especialmente después de las nueve de la noche. Nadie se atreve a caminar por el “malecón del bienestar” pues la criminalidad también va en aumento. Según investigaciones realizadas por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y la Auditoría Superior de la Federación, se han identificado varios problemas que han impactado tanto en el costo como en la calidad y eficacia del proyecto. La ASF detectó que no se contó con presupuestos base adecuados para los contratos de obra pública, lo cual impidió tener certeza sobre los precios de mercado y el costo real de las obras. Además, se observaron atrasos significativos atribuibles a los contratistas, lo que resultó en penalizaciones calculadas en 47.4 millones de pesos. También se hicieron pagos anticipados por un total de 398.7 millones de pesos, lo que generó un presunto daño a la Hacienda Pública Federal por concepto de intereses financieros. El manejo de los fondos públicos y la entrega de infraestructuras sigue siendo, como antaño, un nido de corrupción.
El Sistema Cutzamala, que abastece de agua al Valle de México, enfrenta una sequía histórica, con niveles de almacenamiento en sus presas en mínimos no vistos en más de 40 años. Se anticipa que el suministro de agua solo será posible hasta el 26 de junio de 2024. Esta situación crítica se debe a un déficit de precipitaciones y a periodos largos de sequía influenciados por el fenómeno «El Niño». La Conagua ha reducido el suministro de agua de 12.2 a 9.2 metros cúbicos por segundo para extender el suministro hasta la próxima temporada de lluvias. En junio, el sistema podría quedarse sin agua, así que urge que Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación, tome las riendas de este asunto de máxima prioridad nacional. Se requiere una urgente declaratoria de emergencia, sin embargo en este momento lo que importa a los políticos en el poder es reunir los votos para seguir escondiendo la negligencia de Claudia Sheinbaum, Martí Batres y Andrés Manuel López Obrador. El estiaje en el Sistema Cutzamala revela la existencia de desagües ilegales que vierten aguas residuales directamente en la presa Villa Victoria. Esto ha generado una acumulación de una viscosa nata verde de contaminantes. Sin embargo, la Conagua asegura que esto no compromete la calidad del agua enviada al Valle de México, ya que el agua se potabiliza antes de su distribución. Este problema ha afectado el turismo y la pesca en la región, actividades importantes para la economía local. El Lago Cuitzeo, en Michoacán, está prácticamente seco. Se sabe que el agua pluvial del Valle de México alcanza para abastecer 3 veces la demanda de agua, el problema es que el gobierno no invirtió a tiempo en un plan de infraestructura hídrica para aprovechar las lluvias. “Prefirieron gastar en espectaculares, conciertos, en una aerolínea y en obras faraónicas contaminantes (#TrenMaya y #DosBocas). Primero los caprichos del Presidente…”, como criticó en sus redes sociales Roberto Madrazo, el exgobernador de Tabasco, priista de toda la vida, quien pasará a los libros como el tramposo que se quiso robar el tiempo en la maratón de Berlín, en 2007. Los políticos de antaño, los neoliberales, nunca se quedaron sin agua.