En sus mejores años, la Presa Villa Victoria, en el Estado de México, tuvo una profundidad de hasta 18 metros y un espejo de agua que cubría un perímetro de 60.9 kilómetros. Hoy el panorama es desolador, grandes islas o montículos de sedimentos emergen en medio del embalse, que cuenta con apenas 30 por ciento de almacenamiento, una cifra alarmante, en comparación con el 73.24 por ciento de llenado, que para estas mismas fechas tenía hace cuatro años.
La falta de agua provoca que la Presa Villa Victoria cada vez se vaya haciendo más corta y angosta. Los distintos tonos color café y ocre de la tierra seca, van ganando espacio al agua azul verdosa de una de las principales fuentes de suministro al Sistema Cutzamala, que aporta el 23 por ciento del recurso que requiere el Valle de México.
El deterioro de la Presa Villa Victoria, ubicada dentro de un área natural protegida con categoría de Parque Estatal, es resultado de la deforestación, tala ilegal, expansión de la frontera agrícola, uso extensivo de fertilizantes y pesticidas, pérdida de núcleos ejidales y crecimiento de la población, que no cuenta con servicios adecuados de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales. Ante la preocupación, los habitantes de la comunidad de Acuitlapilco crearon la Unión de Pueblos de Comunidades, Organizaciones por la Laguna y la Vida para exigir a los tres órdenes de gobierno realizar limpieza y desazolve en la laguna.