El vocero presidencial Manuel Adorni anunció en una conferencia de prensa el cierre del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) por parte del gobierno argentino. Esta decisión se enmarca en una campaña para eliminar organismos que, según Adorni, «no sirven para nada», que representan «grandes cajas de la política», o que simplemente generan «empleo militante» para personas afines a la administración en turno.
Adorni explicó que se ha tomado la determinación de desmantelar institutos como el INADI, considerado por el gobierno como prescindible en su plan de reducción del Estado liderado por el presidente ultraliberal Javier Milei.
A pesar de la intención de cerrar el INADI de inmediato, Adorni señaló que aún se deben seguir ciertos procedimientos administrativos antes de concretar su clausura definitiva. La decisión, según el vocero, refleja los ideales del presidente Milei de reducción del Estado, quien ha emprendido una serie de medidas para achicar el gasto público desde su asunción el 10 de diciembre.
El INADI, que cuenta con oficinas en todo el país y una plantilla de 400 empleados, recibe un promedio de 2,500 denuncias al año por discriminación, según su último informe. La mayoría de estas denuncias están relacionadas con el ámbito laboral o educativo, y están motivadas por cuestiones de discapacidad, orientación sexual o género.
Adorni también expresó preocupación sobre las designaciones dentro del instituto, insinuando que se podrían estar realizando contrataciones basadas en favores políticos, y mencionó la presencia de «funcionarios de dudosa idoneidad».
El INADI fue creado en 1995 por una ley del Congreso y depende del Ministerio de Justicia. Esta medida se suma a otras acciones emprendidas por el gobierno de Milei para reducir el gasto público, incluyendo despidos masivos en el sector estatal y la paralización de obras públicas en todo el país.