Es momento oportuno para darle un repaso a la historia. Y ni siquiera a la muy antigua, nos es suficiente con remontarnos al 2009. El pacto entre Andrés Manuel López Obrador, Clara Brugada y Rafael Acosta Ángeles, conocido como «Juanito», es un capítulo bochornoso, quizá el más, del camino que ha ido tomando la cuarta transformación. Una historia de ilusión y traiciones, no sólo a una persona, sino a una parte del pueblo que fue engañada vilmente. Recordemos las elecciones del año 2009 en la delegación Iztapalapa, Ciudad de México. Clara Brugada, en ese entonces, compitió en las internas del PRD por la candidatura a la jefatura delegacional, Silvia Oliva Fragoso impugnó el proceso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, lo que finalmente llevó a la anulación de la designación de Clara Brugada como candidata, aunque su nombre ya estaba impreso en las boletas electorales. Ante este escenario de crisis, Andrés Manuel López Obrador, quien para ese entonces sólo era una figura prominente en la política izquierdista de México, encontró una solución alternativa apoyando a Rafael Acosta Ángeles, «Juanito», quien era candidato del Partido del Trabajo. Un hombre fácilmente manipulable y con un carisma que lo conectó rápidamente con el pueblo. «Juanito» se comprometió a declinar a favor de Clara Brugada en caso de ganar las elecciones en Iztapalapa, bajo el apoyo de López Obrador. Tras ganar, «Juanito» inicialmente se mostró reticente a ceder el cargo, lo que generó una serie de tensiones y controversias. Sin embargo, tras reunirse con Marcelo Ebrard, quien en ese momento era el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, «Juanito» solicitó una licencia por motivos de salud y finalmente, el 10 de diciembre de 2009, propuso a Clara Brugada como su reemplazo ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, lo que la llevó a convertirse finalmente en la jefa delegacional de Iztapalapa????. Un acto de prestidigitación muy bien calculado. Ejemplo de las maniobras políticas en México. La señora que ayer dijo haber ganado el debate, y que se la pasó aventando lodo, tiene un historial de manipulaciones que no le deja espacio al crecimiento. Extrañeza es que mientras la maquinaria de su partido intenta de cualquier manera encumbrarla, la candidata presidencial de Morena, no la quiera. Ya el jaloneo entre ambas durante el arranque de campaña de Sheinbaum el 1 de marzo de 2024, en el Zócalo de la Ciudad de México, era una débil señal de distanciamiento. La estación de Vostok en la Antártida, es el segundo lugar más frío del mundo. El primero es la felicitación de doña Claudia: “Felicidades @ClaraBrugadaM”
El primer debate para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, celebrado este domingo, ha resonado en el ámbito político y en la opinión pública, reflejando las expectativas y preocupaciones de los ciudadanos ante la futura gestión de la metrópoli. Según una encuesta de Massive Caller, Santiago Taboada lideró las percepciones sobre quién presentó las mejores propuestas con un 53.1%, seguido de Clara Brugada con un 37.1% y Salomón Chertorivsky con un 9.8%, evidenciando una inclinación hacia propuestas que posiblemente se perciben como más estructuradas o alineadas con las necesidades ciudadanas. La actuación de Clara Brugada en el debate ha sido objeto de críticas, destacando un rendimiento que algunos consideran insuficiente frente a las expectativas. Las acusaciones apuntan a que Brugada prometía restituir programas y servicios que se habían visto afectados durante la actual administración, sin lograr convencer al electorado de la viabilidad o coherencia de sus propuestas. Clara dijo: “¿qué prefieres, un gobierno que te quite los programas sociales o un gobierno que pueda ampliarlos?”. ¡Pero si la 4t fue quien quitó la gran mayoría de programas sociales y, a los que continúan en pie, más del 50% de su presupuesto! Por otro lado, Santiago Taboada recibió elogios por su desempeño y por presentarse como una opción viable para los habitantes de la Ciudad de México, pese a las controversias y la polarización política que caracterizan el contexto actual. Las referencias a la falta de claridad y compromiso en las propuestas de seguridad, programas sociales y gestión gubernamental por parte de otros candidatos refuerzan la narrativa de una competencia política intensa y diversa en términos de ideología y soluciones propuestas. Clara Brugada prometiendo todo lo que Morena quitó, y con con el debate de quedó clarísimo que la Cuarta Transformación le regaló la CDMX al Frente. El bajo nivel de debate de Brugada, con respuestas simplonas, ridículas y poco centradas, más que argumentos, parecían pedazos de un libreto que le dieron para alabar a Sheinbaum. No pudo refutar un solo señalamiento. Para colmo, la maquinaria de Jesús Ramírez Cuevas, el vocero presidencial, en redes sociales, quiso evidenciar que Taboada portó en ell debate un reloj de lujo de más de 100 mil pesos, la carnada ideal para el rencor de las clases bajas, pro resultó que era un Casio. La oposición les ganó la noche; ¿a quién se le ocurrió poner de candidata a Clara Brugada? Dejó a Iztapalapa hundido en la pobreza, sin agua y sin seguridad, pero eso sí, dijo “todes” en el debate.
Es momento de confrontar con severidad la postura oficial presentada por la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, sobre el gravísimo asunto de las personas desaparecidas en México. La funcionaria anuncia, con una aparente desfachatez estadística, una reducción en el número de desaparecidos, presentando estas cifras como un logro administrativo mientras evita confrontar la magnitud de la tragedia humana detrás de cada número. La explicación de Alcalde, que intenta minimizar la crisis señalando que muchas de las desapariciones fueron «ausencias voluntarias», es un insulto al dolor y la lucha constante de miles de familias mexicanas. Esta perspectiva no solo trivializa su sufrimiento sino que también desvía la atención de la falta de estrategias efectivas y compromiso real del gobierno para resolver esta crisis de derechos humanos. La aseveración de Alcalde de que ahora solo hay 99 mil 729 desaparecidos no es una estadística para celebrar, sino un recordatorio amargo de las vidas que continúan en la incertidumbre y de un estado que falla en su responsabilidad más fundamental: garantizar la seguridad y la justicia para sus ciudadanos. La realidad es que cada desaparecido es una persona con una historia, una familia que espera, una comunidad que se resquebraja. Al tratar estas desapariciones como meros ajustes en una base de datos, la secretaria deshumaniza la tragedia y subestima la urgencia de la situación. La declaración de que la mayoría de los localizados estaban en «ausencias voluntarias» no solo es cuestionable, sino que desvía el foco de los casos verdaderamente alarmantes y sin resolver que requieren atención inmediata y acciones concretas. Las familias de los desaparecidos, obligadas a convertirse en buscadoras, no necesitan condescendencia ni cifras maquilladas; necesitan respuestas, necesitan que el Estado se involucre en la búsqueda de sus seres queridos con todos los recursos y la seriedad que esto conlleva. «Oficialmente, en México hay casi 100 mil desaparecidos”, dijo Luisa María Alcalde. Oficialmente, en México casi hay secretaria de Gobernación.







