El gobierno de Andrés Manuel López Obrador cerrará su sexenio con un aumento histórico en la deuda pública, calculado en 6.6 billones de pesos, lo que representa el incremento más alto en términos absolutos en la historia reciente de México. Para finales de 2024, la deuda alcanzará aproximadamente el 52% del Producto Interno Bruto (PIB), superando la barrera psicológica del 50%, un nivel que los expertos consideran crítico. Este crecimiento se debe principalmente al costo financiero de la deuda, que ha absorbido una parte significativa del presupuesto público, llegando a representar hasta el 12% del gasto neto. Aunque la administración de López Obrador logró mantener la deuda como porcentaje del PIB en niveles más bajos en comparación con sexenios anteriores, el crecimiento en términos absolutos, junto con el aumento en los pagos de intereses, ha generado preocupación sobre las condiciones financieras que heredará el gobierno de Claudia Sheinbaum. Una de las mayores inquietudes es que el próximo gobierno no contará con los fondos de estabilización, prácticamente agotados, para enfrentar posibles crisis económicas externas. A esto se suma el hecho de que la inversión en infraestructura física ha sido menor que el monto destinado al servicio de la deuda, lo que ha limitado las perspectivas de crecimiento económico a largo plazo. Además, los cambios en la composición de la deuda, con un mayor peso de la deuda interna que ha pasado del 63% al 75% del total, sugieren que el próximo gobierno enfrentará desafíos adicionales en términos de sostenibilidad fiscal. Los analistas coinciden en que, sin una reforma fiscal, las opciones para la nueva administración serán limitadas y es probable que tenga que recurrir a más endeudamiento para mantener el nivel de gasto público. A pesar de los esfuerzos por contener el endeudamiento, las necesidades de gasto y los pagos por servicio de la deuda presionarán las finanzas públicas, lo que plantea un escenario complejo para la estabilidad económica futura del país?.
Las acusaciones que señalan a Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, y futuro secretario de Educación Pública, de estar bajo investigación de la DEA y el FBI por presuntos vínculos con el crimen organizado, han sido objeto de controversia y desmentidos. Estas afirmaciones, difundidas inicialmente por figuras opositoras como el expresidente Felipe Calderón y la candidata presidencial Xóchitl Gálvez, carecen de confirmación oficial. Según varias fuentes, Delgado habría sido vinculado con Sergio Carmona Angulo, empresario tamaulipeco involucrado en el contrabando de combustible y asesinado en 2021. Se le acusaba de financiar campañas electorales de Morena con dinero de actividades ilícitas, lo cual supuestamente generó investigaciones por parte de agencias estadounidenses. Sin embargo, tanto el gobierno de México como Delgado han desmentido estas acusaciones. El propio Delgado calificó estas afirmaciones como una estrategia de desinformación, y señaló que no existe ninguna investigación en su contra, incluso retando a sus opositores a presentar pruebas. Además, investigaciones periodísticas han revelado que algunas de estas acusaciones podrían estar relacionadas con un homónimo de Delgado, lo que refuerza la idea de que las afirmaciones no tienen fundamento sólido. A pesar de ello, la narrativa de su presunta relación con Carmona sigue siendo utilizada políticamente por sus detractores, pero hasta ahora no ha emergido evidencia clara que sustente una investigación formal en su contra. Aunque las acusaciones han tenido amplia difusión, hasta el momento no existen pruebas definitivas que confirmen una investigación por parte de las autoridades estadounidenses contra Mario Delgado. El uso político de estas denuncias refleja un contexto de alta polarización, donde las acusaciones de corrupción y vínculos con el crimen organizado han sido recurrentes en el debate público mexicano. Como próximo titular de la SEP, Delgado enfrentará desafíos cruciales como reducir el abandono escolar y mejorar la infraestructura educativa, especialmente en zonas con carencias básicas como agua y electricidad. Delgado ha prometido eliminar el examen Comipems, una decisión controvertida que podría limitar la capacidad del sistema para generar diagnósticos educativos precisos. Así que comenzamos con el pie izquierdo. Textualmente y figurativamente hablando.
El caso del senador Miguel Ángel Yunes Márquez, quien fue expulsado del PAN tras votar a favor de la reforma judicial junto con Morena y sus aliados, ha generado un intenso debate. Yunes calificó como «injusto» el «linchamiento público» desatado en su contra por su decisión de votar de forma independiente, argumentando que su voto fue libre y basado en su conciencia. Afirmó que permanecerá en el PAN y anunció que impugnará su expulsión ante las instancias correspondientes, calificando la decisión de su partido como antidemocrática y contraria a los principios constitucionales que protegen la libertad de opinión y voto de los legisladores. En su defensa, Yunes Márquez destacó que la Constitución y los estatutos del PAN protegen a los legisladores de represalias por sus opiniones y decisiones. Este incidente también ha involucrado a su padre, el exgobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, quien igualmente enfrenta una posible expulsión del partido. A lo largo de su intervención, el senador reiteró su derecho a actuar libremente como legislador y afirmó que no aceptará presiones o directrices que lo obliguen a votar de acuerdo con los intereses del partido. A pesar de haber sido asignado un lugar junto a los senadores de Morena, Yunes Márquez insistió en que no tiene intenciones inmediatas de unirse a ese grupo ni a otros aliados como el PVEM o PT, aunque su interacción con los líderes de esos partidos durante la sesión generó especulaciones. Finalmente, dejó abierta la posibilidad de analizar futuras reformas, como la relacionada con la Guardia Nacional, antes de tomar una decisión sobre su voto en esos temas. El señor el el tiro al blanco preferido de una sociedad molesta, a la que tomaron por sorpresa, y él fue quien le dio la puntilla. Y todavía pide que no se le estigmatice. Una mala noticia, lo hizo él solo, y no necesita culpar a nadie.