El primer premio internacional que obtiene el Tren Maya, uno de los proyectos insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es noticia que recorre el mundo. Fernando Martínez capturó la mejor fotografía del año de Wildlife al mostrar la devastación del proyecto en la selva, cuando el mismo López Obrador aseguró que no tirarían un solo árbol. Las promesas de que el Tren Maya será un éxito rotundo, son solo eso, frágiles predicciones. Prometen derrama económica, transporte eficiente, promoción internacional… Sin embargo, ninguna obra que atente contra la naturaleza de manera tan feroz, vale la pena, pues el daño, lo muestra no solo la imagen premiada sino la voz de los expertos e investigaciones, es irreparable. Y puede resultar la inversión más costosa de la historia, pues el sentido común de perforar cuevas submarinas presagia una catástrofe, y no financiera. El costo del Tren Maya rondará los 515 mil 762 mdp al cierre de 2024, 3.3 veces lo presupuestado, según el Instituto Mexicano de Competitividad. Javier May Rodríguez, director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo?, a cargo de la construcción, tampoco se hará responsable pues ya abandonó la obra y va por la gubernatura de Tabasco, así que ni a quien reclamarle se estén llevando dinero a manos llenas y lleven ya unos 10 millones de árboles talados.
Este fin de semana se conoció por qué las cifras han bajado en la capital del país, pues policías del estado de México detuvieron a oficiales capitalinos nada menos que llevando detenidos fuera de su jurisdicción, para que los índices de criminalidad en la Ciudad de México no se vean afectados. Detuvieron a seis policías de la secretaría de Seguridad Ciudadana, trasladando heridos a Neza, para limpiar los números a Omar García Harfuch y a Claudia Sheinbaum Pardo, y presentar una capital del país que no obedece a la realidad. Esta práctica la tiene bien definida Francisco Chíguil Figueroa, el alcalde de Gustavo A. Madero. En su delimitación, hace unas semanas, una familia sufrió el robo afuera de su casa de una camioneta. Quedó grabado cómo los ladrones la abren y suben a ella como si trajeran las llaves, pero lo más grave es que al llegar a las oficinas del ministerio público les informaron que en esos momentos no se estaban levantando actas, y con todo cinismo les dijeron que era porque querían bajar los niveles en las cifras. Pero eso sí, uno de los agentes les sugirío que a cambio de dinero, sin acta de por medio, ellos se comprometían a regresarle la camioneta en un par de días. Por supuesto no aceptaron ser parte de la podredumbre de su sistema político que cada vez más muestra los niveles a los que son capaces de llegar, por la ambición del poder y del dinero.