México, 19 marzo.- La expropiación petrolera cumplió 86 años y, con ella, un Petróleos Mexicanos (Pemex) que está lejos de poder evolucionar para ser una empresa rentable y que aporte al desarrollo del país.
Durante décadas fue el principal soporte económico de las distintas administraciones, una situación que la ha llevado, no sólo a ser la empresa más endeudada del mundo.
Sino también a la sobreexplotación de sus yacimientos, lo que acelera el declive de sus campos, que provoca que los niveles producción de crudo no repunten y se mantengan muy por debajo de sus metas. Las seis refinerías existentes elaboran más combustóleo que gasolina, generando pérdidas financieras, mientras que la terminación y operación comercial del complejo de Dos Bocas en Tabasco, se sigue postergando.
Tan sólo este año, Pemex deberá “desembolsar” 476.4 mil millones de pesos para cumplir con sus vencimientos de corto plazo, lo que apretará aún más sus finanzas. En 2023 la utilidad neta de Pemex fue de 109.9 mil millones de pesos, 9.9% mayor a la observada en el mismo periodo de 2022 de 99.9 mil millones de pesos.