Alrededor de 300 empleados de la Aduana de Manzanillo se manifestaron este lunes exigiendo el respeto a su jornada de ocho horas y el cese de presiones para firmar renuncias “sin causa”. La protesta congregó a personal operativo y administrativo de distintos niveles, quienes denunciaron jornadas de hasta 16 horas diarias sin pago de horas extras ni bonificaciones.
Los manifestantes acusaron al nuevo administrador de la aduana, el capitán Rodolfo Torres Chávez —en el cargo desde el 15 de abril— de imponer medidas autoritarias. Entre ellas, señalaron la obligación de presentarse dos horas antes del turno, recortes al tiempo de comida y un ambiente de temor permanente a perder el empleo.
“Trabajamos con el temor de que nos pidan la renuncia. Hay compañeros obligados a firmarla sin justificación”, declaró el supervisor Vladimir Ferruzca. Varios de sus colegas relataron haber experimentado estrés severo, fatiga crónica e incluso episodios de parálisis atribuibles al ritmo extenuante de trabajo.
Durante la protesta, los empleados portaron pancartas pidiendo la intervención de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) y del propio director general de Operación Aduanera. Su vocero, Omar Chávez, advirtió que mantendrán el paro indefinido hasta recibir respuesta de autoridades federales, aun consciente del impacto logístico que generará al interior del puerto.
En su defensa, fuentes de la administración de la aduana han señalado que cualquier ajuste en horarios o procedimientos forma parte de la reorganización de la dependencia y que las quejas serán atendidas mediante los canales internos. Hasta el cierre de esta edición, no se había anunciado un diálogo formal ni respuesta oficial.
La movilización, iniciada a las seis de la mañana, marca un inédito choque entre el personal de la Aduana de Manzanillo y su nueva dirección. La coordinadora del puerto ha advertido que el paro podría afectar el despacho de mercancías, por lo que urge una solución que normalice las operaciones y atienda las demandas laborales.