Una explosión cerca de una tienda de dulces en el suburbio de Dahiyeh, al sur de Beirut, la capital de Líbano, ha conmocionado a la región al cobrar la vida de Saleh al-Arouri, el número dos de la organización islamista Hamás. El ataque, que tuvo lugar en un vecindario conocido por ser bastión del grupo armado libanés Hezbolá, se cobró un total de cuatro vidas, presumiblemente los guardaespaldas del alto mando palestino, según reportan medios libaneses.
Según fuentes de seguridad a la agencia Reuters, se cree que las Fuerzas de Israel llevaron a cabo un bombardeo contra una oficina ubicada en este vecindario con el objetivo de eliminar al vicepresidente de Hamás.
La agencia nacional de noticias libanesa (NNA) informó que «cuatro personas fueron martirizadas y varias más resultaron heridas en un ataque contra la oficina de Hamás». Esta oficina se encuentra en los suburbios del sur de Beirut, área que ha sido históricamente un bastión del movimiento Hezbolá, respaldado por Irán.
La emisora de televisión Manar, afín a Hezbolá, reportó que se escuchó una explosión cerca de la autopista Hadi Nasrallah, en las cercanías de un cruce de carreteras. En un inicio, no se proporcionaron detalles sobre la naturaleza de la explosión, que ocurrió un día antes de un discurso programado del líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah. Un testigo de Reuters sugirió que la explosión podría haber sido causada por un dron que impactó en el segundo piso de un edificio en este concurrido barrio.
Hezbolá, un aliado del grupo islamista palestino Hamás, ha estado involucrado en enfrentamientos diarios con Israel a lo largo de la frontera sur del Líbano desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza a principios de octubre.
Hamás ha declarado que la muerte de Saleh al-Arouri no detendrá su resistencia a Israel, y un alto dirigente del movimiento enfatizó que los actos de violencia perpetrados por Israel no quebrarán la voluntad ni la resiliencia del pueblo palestino.
El primer ministro de Líbano, Najib Mikati, condenó el bombardeo israelí y lo catalogó como un «crimen», advirtiendo que busca arrastrar a Líbano a una nueva fase de confrontación con Israel. Hasta ahora, los enfrentamientos entre el ejército israelí y Hezbolá se han limitado a las zonas fronterizas del sur del Líbano.
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