El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó su respaldo a la convocatoria de nuevas elecciones en Venezuela, siguiendo el llamado del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Esta declaración surge en el contexto de la reciente reelección de Nicolás Maduro, que ha sido objeto de controversia y cuestionamientos internacionales.
Lula da Silva, quien ha sugerido que Maduro convoque nuevas elecciones para despejar las dudas sobre los resultados de los comicios de julio, afirmó que este proceso debería incluir observadores internacionales para garantizar la transparencia. En una entrevista, Lula destacó que aún no reconoce los resultados proclamados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, que dieron a Maduro una victoria con el 52% de los votos sin presentar públicamente las actas de votación.
Lula también propuso que Maduro considere un «gobierno de coalición con la oposición», aunque Maduro ha rechazado cualquier negociación con la líder opositora María Corina Machado, quien se encuentra en la clandestinidad. Celso Amorim, excanciller brasileño, subrayó la importancia de una fuerte presencia de observadores internacionales para validar cualquier nuevo proceso electoral, y sugirió que esto podría requerir el levantamiento de las sanciones impuestas por la Unión Europea.
En respuesta a las presiones internacionales, el presidente colombiano, Gustavo Petro, propuso una alternancia del poder entre Maduro y la oposición como una solución posible, inspirada en el modelo del Frente Nacional colombiano que puso fin a un periodo de violencia política en el siglo XX.
María Corina Machado, la principal figura opositora, criticó la propuesta de repetir las elecciones, calificándola de “falta de respeto” hacia los venezolanos. Machado argumentó que la soberanía popular debe ser respetada y que las elecciones del 28 de julio ya se realizaron, a pesar de las alegaciones de fraude.
Por su parte, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador anunció que prefería esperar a que la justicia venezolana se pronunciara sobre los resultados antes de tomar una posición activa. La falta de pronunciamiento de México se ha interpretado como una estrategia para evitar presionar a Venezuela en un momento delicado.
Los gobiernos de Brasil, Colombia y México continúan sus esfuerzos diplomáticos para encontrar una solución a la crisis venezolana. El canciller brasileño Mauro Vieira está programado para una visita oficial a Bogotá, donde discutirá la situación con su homólogo colombiano Luis Gilberto Murillo.