La International Textile Manufacturers Federation (ITMF), ente que encuesta periódicamente a sus miembros de unos 30 países productores, declara en su último informe su esperanza de una próxima recuperación de la demanda global de materiales textiles, después de una desaceleración inusualmente larga de la actividad para el sector.
“Este panorama tan heterogéneo muestra que las empresas esperan que este débil ciclo económico, de una duración sin precedentes, llegue finalmente a su fin”, indica la ITMF en su informe publicado durante el verano. En este documento, los fabricantes reportan simultáneamente la debilidad de la demanda y el optimismo para la segunda mitad del año.
Por el momento, la realidad del sector es sin duda decepcionante. En julio, la tasa de utilización de la capacidad de producción cayó al 68 %. Un nivel récord que ya habían alcanzado los fabricantes a finales de 2023, muy afectados por la caída del consumo europeo inducida por la inflación local.
Preocupación
“La principal preocupación de toda la cadena de valor textil era (en julio, nota del editor) y sigue siendo la debilidad de la demanda”, indica la federación. «El 66 % de los participantes indicaron que consideraban que la débil demanda era una preocupación importante», continúa. Una preocupación que supera a las provocadas por cuestiones geopolíticas (40 % de los encuestados), considerando que las tensiones políticas tienen un impacto en las decisiones tanto de los clientes como de los consumidores finales.
Otro motivo de preocupación sigue siendo el nivel elevado de los costes y, en particular, el encarecimiento de los costes logísticos, citados por el 24 % de los encuestados. De hecho, los productores sufren la inflación de los costes de transporte ligada a los problemas de acceso a los canales de Suez y Panamá. A esto se suma la preocupación por los costos de la energía (22 %) y los precios de las materias primas (27 %).