Los incendios que tuvieron lugar en varias regiones de Brasil entre junio y agosto de este año generaron pérdidas estimadas en 14.762 millones de reales (unos 2.700 millones de dólares) en el sector agropecuario.
Los datos de la Confederación de Agricultura y Pecuaria de Brasil (CNA) indican que 2,8 millones de hectáreas de propiedades rurales se vieron afectadas por las llamas durante ese periodo, “considerando únicamente las actividades de ganado vacuno y caña de azúcar”.
Las mayores pérdidas se registraron en áreas dedicadas al pasto de ganado y al cultivo de la caña de azúcar, con un perjuicio acumulado de 10.800 millones de reales (casi 2.000 millones de dólares).
Los estados más golpeados por los focos de incendio fueron San Pablo, Mato Grosso, Pará y Mato Grosso do Sul, siendo estas tres últimas regiones que albergan parte de la Amazonía o el Pantanal, el mayor humedal del planeta que Brasil comparte con Bolivia y Paraguay.
Las llamas se propagaron rápidamente en esas zonas como consecuencia también de la extrema sequía que sufre Brasil, la peor desde 1950, según las autoridades.