En un gesto de profunda espiritualidad y continuidad apostólica, el Papa León XIV celebró este domingo la Santa Misa en el altar ubicado junto a la tumba de San Pedro, en las Grutas Vaticanas. Acompañado por un grupo reducido de cardenales y colaboradores cercanos, el Pontífice presidió la eucaristía en un ambiente de recogimiento, marcando así una de sus primeras acciones públicas desde el inicio de su pontificado.
Al concluir la ceremonia, el Santo Padre se detuvo a rezar ante las tumbas de varios de sus predecesores, incluidos los Papas recientes, en un recorrido silencioso cargado de simbolismo. Asimismo, oró ante el conocido “Nicho de los Palios”, donde se conservan las estolas litúrgicas que simbolizan la autoridad pastoral conferida a los arzobispos metropolitanos. Este acto subraya el compromiso del nuevo Papa con la tradición, la memoria de la Iglesia y su misión pastoral.