El primer ministro haitiano Ariel Henry intentó perpetuarse en el poder más de lo previsto, hasta que la insurrección de los grupos armados que controlan gran parte de Puerto Príncipe lo obligó a renunciar. Ariel Henry tomó las riendas del poder en Haití tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, y debía haber dejado el cargo a principios de febrero. Su renuncia fue incluso una exigencia expresa de las poderosas bandas criminales que mantienen en vilo a la población y controlan extensas zonas de Haití.
La crisis de violencia se agudizó a tal punto que la comunidad internacional pedía por una transición con participación de la sociedad haitiana. Henry aceptó renunciar finalmente la noche del lunes, según confirmó en un video publicado en las redes sociales del gobierno haitiano. «Como siempre dije, ningún sacrificio es demasiado grande para nuestro país», declaró Henry en el video de su renuncia.