París, Francia.– En un robo tan rápido como meticuloso, un grupo de cuatro personas sustrajo la mañana del domingo varias piezas de la colección de joyas imperiales del Museo del Louvre. El atraco ocurrió alrededor de las 9:30 horas, cuando el recinto ya había abierto al público. Los ladrones, disfrazados con chalecos de obra, utilizaron una canastilla elevadora para ingresar por una ventana del segundo piso, forzaron vitrinas de la Galerie d’Apollon y, en menos de siete minutos, huyeron en motocicletas tras apoderarse de las piezas. Durante la fuga abandonaron una corona dañada perteneciente a la emperatriz Eugenia de Montijo.
De acuerdo con las autoridades francesas, fueron robadas al menos ocho joyas de la corona imperial, entre ellas tiaras, collares y broches con zafiros y esmeraldas que pertenecieron a las reinas Marie-Amélie, Hortense de Beauharnais y la emperatriz María Luisa. Su valor económico es incalculable por tratarse de obras únicas, con relevancia histórica y simbólica. El robo generó la inmediata clausura temporal del museo, mientras la Fiscalía y la Brigada de Patrimonio Artístico de París iniciaron un operativo de búsqueda que incluye revisión de cámaras y rastreo de las rutas de escape.
El presidente Emmanuel Macron calificó el hecho como “una agresión al patrimonio nacional” y aseguró que se hará todo lo posible por recuperar las piezas. Expertos en arte señalaron que, por su notoriedad, las joyas robadas son prácticamente imposibles de vender en el mercado legal, por lo que podrían ser desmontadas para extraer las gemas. El caso reavivó el debate sobre las medidas de seguridad en los museos franceses, al evidenciar que incluso el recinto más visitado del mundo puede ser vulnerable a un golpe perfectamente planeado.
