El ex presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, cumplirá su condena de cinco años de prisión bajo un esquema de vigilancia especial que incluye la presencia permanente de dos agentes de policía dentro del penal de La Santé, en París. La medida fue confirmada este martes por el ministro del Interior, Laurent Nuñez, quien aseguró que se trata de un derecho derivado de su condición de exmandatario y de los riesgos que enfrenta durante su reclusión.
Nuñez explicó que los elementos asignados pertenecen al Servicio de Protección de Altas Personalidades (SDLP) y estarán alojados en celdas contiguas a la de Sarkozy, con el fin de garantizar su seguridad. “Aunque es un ciudadano como cualquier otro, el hecho de haber sido presidente de la República implica amenazas particulares; por eso, tiene derecho a mantener su dispositivo de protección”, declaró el funcionario en entrevista con medios franceses.
La decisión ha generado críticas entre sindicatos penitenciarios y parte de la opinión pública, que consideran la medida un privilegio injustificado. Argumentan que el sistema penitenciario cuenta con el personal necesario para resguardar a los reclusos y que el trato especial contradice el principio de igualdad ante la ley. No obstante, el gobierno francés defendió la disposición al señalar que se trata de una “situación excepcional” motivada por riesgos comprobados para la integridad del exmandatario, quien fue condenado por asociación ilícita en el caso de financiamiento ilegal de su campaña presidencial de 2007 con fondos del régimen libio.








