El gobierno de Venezuela ordenó a las aerolíneas internacionales reanudar sus vuelos hacia el país en un plazo de 48 horas, tras la suspensión masiva de operaciones motivada por una advertencia de seguridad emitida por Estados Unidos. El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) advirtió que, de no cumplir el ultimátum, las compañías podrían perder sus derechos de operación en territorio venezolano.
La instrucción ocurre luego de que la Administración Federal de Aviación (FAA) alertara sobre una “actividad militar en aumento” y un deterioro en la seguridad dentro y alrededor del espacio aéreo venezolano, recomendando a las aerolíneas evitar vuelos hacia el país. La advertencia provocó cancelaciones en cadena por parte de compañías como Iberia, Air Europa, TAP Air Portugal, GOL Linhas Aéreas, Avianca, LATAM y Turkish Airlines, entre otras, afectando rutas clave desde Madrid, Lisboa, São Paulo, Bogotá y Estambul.
En respuesta, el gobierno de Nicolás Maduro calificó las cancelaciones como “medidas injustificadas” y exigió la reanudación inmediata de las operaciones, mientras que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) solicitó “coordinación urgente” y advirtió que reiniciar vuelos sin garantías suficientes podría poner en riesgo a tripulaciones y pasajeros, además de profundizar la ya limitada conectividad venezolana.
Hasta ahora, ninguna aerolínea ha confirmado públicamente si acatará la exigencia de Caracas. En varias terminales internacionales se mantienen reembolsos, reprogramaciones y suspensión temporal de ventas hacia Venezuela, mientras organizaciones aeronáuticas insisten en que cualquier retorno de operaciones dependerá de una evaluación clara sobre condiciones de seguridad en la región.
La situación ha dejado a miles de pasajeros afectados y mantiene en tensión la relación del gobierno venezolano con la industria aérea global, en un escenario donde la incertidumbre diplomática y los riesgos operacionales continúan en ascenso.








