A Mara Lezama los títulos de “Primera mujer Gobernadora del Estado de Quintana Roo. Luchadora social y defensora de la justicia social por más de 30 años”, le quedan grandes, en lo que a su desempeño profesional se refiere, pues ha logrado quitar el brillo a Cancún, el destino turístico más importante del país, con diversos asuntos que simplemente no quiere o no puede manejar, y uno de ellos es la movilidad básica. La violencia de los transportistas en Cancún y sus raíces únicamente afectan a Mara Lezama porque directamente tiene concesiones de taxis repartidas entre sus familiares, mismas que le obsequió el exgobernador Roberto Borge. De ahí su inacción para solucionar el problema que tiene de rehenes nada menos que a los turistas internacionales. El jueves de la semana pasada ocurrió de madrugada un ataque armado en un antro en la zona turística de Playa del Carmen, revelando que también se ha cedido el control. Ataques, secuestros, ecocidio, maltrato animal y discriminación son el preámbulo de la llegada del tren Maya, y la oferta al turismo en Quintana Roo. El gobierno de Lezama ha sido quizás el mayor de los fracasos.
La podredumbre demostró que no tiene fronteras y el crimen organizado está más acendrado que nunca en todo el territorio nacional, pues no sólo las entidades gobernadas por Morena, como Zacatecas con David Monreal o Michoacán con la pesadilla Alfredo Ramírez Bedolla, están contaminadas por los criminales, pues esta semana se descubrió un tercer tercer centro de monitoreo que tenía el crimen organizado para vigilar las calles y carreteras de Teocaltiche, Jalisco, donde gobierna Enrique Alfaro, quien llegó al poder mediante Movimiento Ciudadano, aunque ahora se muestra distanciado de Dante Delgado, el líder y fundador del partido naranja. El hallazgo revela prácticamente que el mismo gobierno es el gran brazo corruptor que permite la instalación de cámaras, fibra óptica y cableado, ¿en cuántas regiones del país? Los centros clandestinos de monitoreo, equipados con avanzada tecnología y conectividad, con el objetivo de vigilar cualquier movimiento que pudiera interesar a estas organizaciones criminales, son otro fracaso de los políticos que nos gobiernan. Es im-po-si-ble instalar un sistema tan sofisticado sin que las autoridades locales se percataran, así que lo que flota en el ambiente no es únicamente un fuerte desencanto por la situación del país, es rabia.
Había ocurrido en México que víctimas de la mala procuración de justicia lo hicieran público, pero que lo hagan en contra de la fiscalía de la ciudad de México, en plena cuarta transformación, es lo despreciable. Este grupo afectado convocó a conferencia de prensa para explicar las razones por las qué Ernestina Godoy, la actual fiscal, no debe reelegirse. Y es que la lista de temas en los que simplemente no ha metido las manos por conveniencia de quien la puso en el cargo, es larga e incluye las investigaciones y castigo a los responsables de la tragedia en el Colegio Rébsamen; los muertos de la Línea 12; el atentado a Ciro Gómez Leyva; su actuación dolosa en contra de Alejandra Cuevas; el robo de tres millones de dólares a la empresa Black Wallstreet Capital. Estos son tan solo algunos de los puntos que manchan su expediente, pero tiene muchos más. Como su actuación en el feminicidio de Monserrat Juárez, que de forma ilegal su fiscalía trató de ocultar, cometiendo los mismos actos que le imputó a Uriel Carmona, el fiscal de Morelos, y por los cuales lo mandó a prisión. Es un despropósito querer reelegir por cuatro años más a la fiscal carnala de Claudia Sheinbaum, cuando lo que todos sabemos es que quiere seguir para proteger a los suyos y encarcelar a los enemigos.