Por primera vez en casi dos décadas, un clavadista no chino conquista el podio más alto en la prueba estelar de trampolín individual; el joven mexicano reescribe los libros del deporte acuático internacional.
El clavadista mexicano Osmar Olvera Ibarra se consagró campeón del mundo en la prueba de trampolín de 3 metros durante el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos celebrado en Singapur. Con una ejecución precisa y una rutina impecable, Olvera se impuso con 529.55 puntos, superando a los representantes de China y Gran Bretaña, quienes históricamente han dominado esta disciplina.
Este resultado no solo le otorgó su segunda medalla de oro mundial, sino que también rompió una racha de 11 títulos consecutivos obtenidos por atletas chinos en esta categoría desde 2005. Con apenas 20 años de edad, el originario de la Ciudad de México ha logrado lo que ningún mexicano había conseguido: subirse a lo más alto del podio en la prueba más exigente del trampolín masculino.
La victoria de Olvera no es casualidad. En 2024 ya había mostrado su talento al conquistar el oro en la prueba de trampolín de 1 metro en Doha, además de sumar otras preseas en eventos individuales y sincronizados. Sin embargo, el título en la categoría de 3 metros confirma su consolidación como una de las figuras más prometedoras del deporte mundial.
Este logro histórico reaviva el protagonismo de México en el mundo de los clavados, disciplina en la que el país ha forjado una tradición de excelencia. Ahora, con Osmar Olvera a la cabeza, México vuelve a mirar hacia lo más alto en el escenario internacional.








