Los grupos parlamentarios del PRI y del PAN en la Cámara de Diputados anunciaron que no participarán en las mesas de diálogo convocadas por el gobierno federal para discutir la reforma electoral impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, al considerar que se trata de un ejercicio “simulado” que no garantiza un debate real ni la inclusión de propuestas de la oposición.
El diputado priista Rubén Moreira afirmó que el diseño de la comisión organizadora, encabezada por la propia mandataria y no por el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, es una señal de que el objetivo central es eliminar contrapesos, debilitar al Instituto Nacional Electoral (INE) y allanar el camino hacia un partido único. Incluso sugirió que detrás de la estrategia podría estar la influencia del director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.
Por su parte, la vicecoordinadora panista en San Lázaro, Noemí Luna, acusó que la iniciativa es parte de una “dictadura morenista” que busca perpetuarse en el poder sin garantizar pluralidad política. En tanto, el coordinador de la bancada del PAN, Elías Lixa, señaló que su partido está dispuesto a un diálogo “real y con voz activa”, pero no a ser “adornos para una fotografía” en un proceso que, dijo, carece de apertura.
La propuesta de reforma electoral incluye la reducción del financiamiento público a los partidos, el recorte al presupuesto del INE, la eliminación de los diputados plurinominales y la transformación del organismo electoral en un Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) con consejeros elegidos por voto popular. Estas medidas han sido cuestionadas por la oposición, que advierte que podrían debilitar la democracia y la imparcialidad en los procesos electorales del país.
