El año 2025 concluye como uno de los periodos más mortíferos para la prensa a nivel mundial, de acuerdo con el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), que documenta 67 periodistas asesinados en distintos países, en un contexto marcado por guerras, crimen organizado, impunidad y crecientes restricciones a la libertad informativa.
Según la organización, casi la mitad de las muertes ocurrieron en la Franja de Gaza, que se mantiene como el territorio más peligroso para ejercer el periodismo, derivado del conflicto armado y de ataques directos contra trabajadores de los medios. Le siguen México y Ucrania, donde la violencia criminal y la guerra continúan representando riesgos extremos.
Gaza, México y Ucrania concentran la mayor letalidad
En su balance, RSF detalla que Gaza encabezó nuevamente la lista con un número sin precedentes de periodistas asesinados, mientras que México registró nueve homicidios en 2025, ubicándose otra vez como el país más violento para la prensa en América Latina. La organización subraya que persisten condiciones de impunidad estructural, presencia del crimen organizado, agresiones vinculadas a autoridades locales y falta de mecanismos efectivos de protección.
En Ucrania, el conflicto bélico siguió generando condiciones de riesgo extremo para periodistas locales e internacionales, con varios casos de ataques en zonas de frente.
Impunidad, represión y precariedad: las otras amenazas
Además de los asesinatos, RSF reporta un panorama generalizado de represión: 503 periodistas permanecen encarcelados en 47 países, además de 135 desaparecidos y 20 secuestrados. La organización advierte que en muchos casos los ataques no son incidentales, sino agresiones deliberadas contra la labor informativa.
El informe también subraya que la precariedad económica en los medios, especialmente en redacciones pequeñas o independientes, debilita la libertad de prensa y facilita escenarios de censura o autocensura.
Una alerta global
RSF concluye que 2025 consolida una tendencia alarmante: el periodismo sigue enfrentando violencia extrema tanto en zonas de conflicto como en países formalmente en paz. La organización hizo un llamado a los gobiernos a garantizar protección efectiva, combatir la impunidad y salvaguardar el derecho a la información como condición esencial para la democracia.








