La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió a las críticas de ex presidentes y ex consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) sobre la propuesta de reforma electoral que impulsa su gobierno. En días recientes, figuras como Lorenzo Córdova, Leonardo Valdés Zurita y José Woldenberg llamaron a que cualquier modificación sea fruto de un amplio consenso, preserve la autonomía del organismo y garantice la integridad de los procesos electorales.
Durante su conferencia, Sheinbaum aseguró que el INE “se va a mantener como un organismo autónomo” y rechazó los señalamientos de autoritarismo. “Es falso que seamos un gobierno autoritario”, afirmó, al tiempo que recordó episodios como las elecciones de 2006 y 2012, cuestionando por qué en ese entonces las autoridades electorales no se pronunciaron contra el fraude o la compra de votos.
La mandataria destacó que su gobierno busca fortalecer la democracia con elecciones limpias y transparentes, y adelantó que la iniciativa no está cerrada. Anunció que se realizarán foros y una encuesta nacional para que la ciudadanía opine sobre temas como el financiamiento a partidos, la eliminación de plurinominales y los requisitos para fundar nuevas fuerzas políticas, los cuales podrían flexibilizarse para incentivar la participación ciudadana.
Como parte de este proceso, Sheinbaum instaló la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, encabezada por Pablo Gómez, que recorrerá el país para recabar propuestas. El objetivo es integrar un proyecto final en enero de 2026, que será presentado al Congreso. Además, recordó que a partir de 2030 quedarán prohibidas la reelección y la permanencia de familiares en cargos de elección popular, como parte de las reformas ya aprobadas.
Con este esquema, el Ejecutivo busca que la reforma electoral avance con respaldo ciudadano y sin afectar la autonomía del INE, mientras que ex consejeros insisten en la importancia de garantizar un consenso amplio y evitar que los cambios respondan solo a la mayoría legislativa.