El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este martes una advertencia directa a gobiernos extranjeros al asegurar que “cualquier país que trafique drogas hacia Estados Unidos está sujeto a ataques”, en el marco de su nueva estrategia militar antidrogas. Las declaraciones han generado inquietud en América Latina, donde varios gobiernos han respondido señalando riesgos para la soberanía nacional.
Durante un mensaje a medios en Washington, Trump afirmó que su administración no sólo continuará atacando embarcaciones que considere vinculadas al tráfico de drogas, sino que también evalúa operaciones terrestres contra lo que describió como “infraestructura narco” fuera de Estados Unidos. En su discurso, mencionó específicamente a Colombia como país productor de cocaína, aunque aseguró que la advertencia aplica “para cualquiera que permita o facilite” el ingreso de drogas a su territorio.
Las palabras del mandatario se dan luego de una serie de operaciones militares estadounidenses en altamar, donde fuerzas armadas han destruido embarcaciones bajo el argumento de que transportaban narcóticos. Esta estrategia ha sido cuestionada por legisladores, analistas y organismos internacionales, que alertan sobre posibles violaciones al derecho internacional y al debido proceso.
Gobiernos latinoamericanos también reaccionaron. En Colombia, autoridades señalaron que el país mantiene una política activa de destrucción de laboratorios y combate al crimen, y advirtieron que cualquier intervención extranjera sería considerada una agresión a su soberanía. Expertos consultados han subrayado que una política de ataques unilaterales podría tensar las relaciones diplomáticas regionales y escalar la confrontación en zonas ya afectadas por el narcotráfico.
Pese a las críticas, Trump insistió en que Estados Unidos utilizará la fuerza “cuando sea necesario” y adelantó que su administración anunciará nuevas acciones en los próximos días. Su postura abre la puerta a un escenario de tensión internacional, especialmente en América Latina, donde varios países han sido históricamente señalados por Washington en materia de tráfico de drogas.








