El conflicto entre Israel y Hamás vivió este lunes un punto de inflexión con la liberación de los últimos 20 rehenes israelíes que permanecían en Gaza, en el marco del acuerdo de alto el fuego negociado con la mediación de Estados Unidos, Egipto y Catar. A cambio, Israel liberó más de 1,900 prisioneros palestinos, la mayoría detenidos por delitos menores o sin juicio formal.
La operación humanitaria se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad y con supervisión de la Cruz Roja Internacional, que confirmó el traslado seguro de los rehenes hacia territorio israelí. Entre los liberados se encuentran mujeres y personas de edad avanzada que llevaban más de un año cautivas tras los enfrentamientos iniciados en 2024.
El acuerdo contempla además la entrega de los cuerpos de 28 rehenes fallecidos, aunque los gobiernos involucrados no han precisado cuándo se concretará esa parte del intercambio. Durante las horas previas a la liberación, Hamás desplegó combatientes en varias zonas de Gaza en lo que se interpretó como una muestra simbólica de fuerza antes de la salida de los rehenes.
En paralelo, una cumbre internacional en Sharm el-Sheij, Egipto, reunió a más de 20 países para discutir la reconstrucción de Gaza, el desarme de las milicias y la implementación de un plan de paz duradero. Las autoridades israelíes advirtieron, sin embargo, que el cumplimiento del alto el fuego dependerá del compromiso de todas las partes para evitar nuevos ataques.
El proceso representa el paso más significativo hacia la estabilización de la región en los últimos meses, aunque analistas internacionales advierten que la tensión persiste y que la tregua podría romperse si no se logra garantizar el acceso humanitario y el control político del territorio palestino.







