Ciudad de México.— La noche del 1 de septiembre se llevó a cabo la ceremonia de toma de posesión que marcó el inicio de una nueva etapa en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). El evento, realizado en el recinto del alto tribunal, contó con la asistencia de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien acompañó a los ministros y ministras en el arranque formal de sus funciones bajo un esquema renovado.
Durante el acto se subrayó que comienza una Suprema Corte plural, transparente y cercana a la ciudadanía, con la promesa de poner fin a prácticas de privilegios y corrupción. En la ceremonia se anunciaron medidas de austeridad, entre ellas la eliminación de seguros médicos privados y la reducción de salarios para que ningún juzgador gane más que la titular del Ejecutivo federal. El mensaje fue claro: se trata de una Corte que busca recuperar la confianza social, abrirse al diálogo con el pueblo y fortalecer la independencia judicial en un contexto de pluralidad y diversidad cultural.
La presencia de la presidenta Sheinbaum fue interpretada como una muestra de respeto institucional y compromiso con el equilibrio de poderes. Con este acto, el Poder Judicial inicia una etapa que pretende marcar distancia de viejas inercias y consolidarse como garante de los derechos y la justicia en México.