El capitán de navío Abraham Jeremías Pérez Ramírez, titular de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira, fue encontrado sin vida el pasado 8 de septiembre en su oficina. Su muerte ocurrió horas después de que su nombre apareciera en versiones que lo vinculaban con investigaciones sobre huachicol fiscal en Tamaulipas.
Sin embargo, tanto la Fiscalía General de la República (FGR) como la presidenta Claudia Sheinbaum descartaron que el oficial estuviera relacionado con las indagatorias en curso. El fiscal general, Alejandro Gertz Manero, precisó que el caso corresponde a “una situación totalmente personal” y aclaró: “No estaba vinculado con ninguno de los expedientes de huachicol que se investigan; es un asunto de otra naturaleza”.
En conferencia matutina, Sheinbaum lamentó el deceso y expresó sus condolencias a la familia del marino. Al mismo tiempo, destacó que la Marina y la Armada de México son grandes instituciones del Estado mexicano, que se fortalecen con la transparencia y la rendición de cuentas. “No hay certeza de que él estuviera involucrado en este proceso. Son hechos lamentables que no representan a la institución, la cual seguirá trabajando con cero impunidad”, sostuvo.
El fallecimiento del capitán se suma al contexto de una amplia investigación en torno a una red de contrabando de combustibles que involucra a funcionarios y empresarios. Pese a ello, autoridades federales subrayaron que el oficial no formaba parte de dicha trama, reiterando que el compromiso del gobierno es perseguir la corrupción sin afectar injustamente la reputación de las instituciones armadas.