El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo este viernes su primera reunión cara a cara con Zohran Mamdani, alcalde electo de Nueva York, en un encuentro que sorprendió por el tono conciliador después de meses de confrontación pública. La cita se realizó en la Casa Blanca y giró en torno a temas prioritarios para los habitantes de la ciudad: vivienda asequible, costo de vida, precios de alimentos y servicios públicos.
Aunque durante la campaña Trump había calificado a Mamdani como “comunista” y “radical”, y había advertido que podría disminuir apoyos federales si llegaba a la alcaldía, el presidente cambió drásticamente el mensaje. Durante la reunión, aseguró que desea que al próximo alcalde “le vaya bien”, y afirmó que está dispuesto a apoyarlo porque “si a Nueva York le va bien, al país también”.
Por su parte, Mamdani —quien forma parte del ala progresista del Partido Demócrata— describió el diálogo como “productivo” y destacó que, pese a las diferencias ideológicas, ambos coincidieron en la urgencia de atender la crisis de vivienda y el alto costo de vida que enfrentan millones de neoyorquinos. El futuro alcalde había solicitado el encuentro para buscar coordinación con el gobierno federal en materia de vivienda, desarrollo económico y servicios esenciales.
El gesto de Trump marcó un giro inesperado, especialmente después de tensiones previas y ataques políticos en redes sociales. Sin embargo, tanto el presidente como Mamdani intentaron proyectar una imagen de cooperación institucional en un momento en que Nueva York enfrenta presiones económicas, de seguridad y de infraestructura.
El encuentro sienta las bases para una relación que podría definir buena parte del arranque de la nueva administración local. Aunque las diferencias ideológicas siguen siendo profundas, la reunión envió una señal de pragmatismo y de posible colaboración entre dos figuras que hasta hace unas semanas parecían irreconciliables.
